La taza y volumen de expulsión de gases es altamente variable, La flatulencia viene de 2 fuentes: el aire tragado y la fermentación bacteriana de los carbohidratos no digeridos.
La mayoría de aire tragado y no eructado pasa a través del intestino y sale en forma de flatos. El aire deglutido puede contribuir hasta en 500 ml de flatos por día (principalmente nitrógeno).
La fermentación bacteriana de carbohidratos no digeridos lleva a una producción adicional de gas, particularmente hidrógeno (H2), anhídrido carbónico (CO2) y metano (NH3). La mayoría de esta fermentación tiene lugar en el colon.
Bajo circunstancias normales, un sustrato pequeño de sustancias fermentables alcanzan el colon. Estas sustancias incluyen fructosa, lactosa, sorbitol, trehalosa (hongos), rafinosa y estaquiosa (legumbres y vegetales crucíferos).
Los almidones complejos y la fibra también pueden causar gas. La producción de gas puede estar incrementada con la ingestión de estos carbohidratos o por malabsorción.
El determinar si la cantidad de flatos es anormal, partiendo de ¿cuanto es normal?, es bastante difícil. Una estrategia recomendable es iniciar una dieta libre de lactosa. Las comidas que comúnmente producen gas deben ser revisadas y el paciente debe someterse a una dieta de eliminación de los alimentos que producen esta molestias. Estos incluyen porotos (frejol) de todas las clases, guisantes, lentejas, brotes de col brúcela, col (repollo), panecillos de chirivía (parecido al apio), puerro, cebolla, cerveza y café. La intolerancia a la fructosa es común, está esta presente no únicamente en alguna frutas pero es también usado comúnmente como endulzante o como jarabe de fructosa de maíz en caramelos, jugos de frutas, y sodas.
El olor fétido puede ser causado por el ajo, cebollas, berenjena, hongos y ciertas hierbas y especies. Para los pacientes con molestias persistentes, los almidones complejos y la fibra deben ser eliminados, pero tales dieta restrictivas son inaceptables para la mayoría de pacientes. De las harinas refinadas, únicamente la harina de arroz es libre de gas.
La prescripción de agentes como el Beano (enzima a-d-galactosidasa) reduce el gas causado por las comidas que contienen rafinosa y estaquiosa como son los vegetales crucíferos, las legumbres, nueces, y algunos cereales. El carbón activado puede dar algún alivio. La simeticona es de un beneficio no probado.
Las quejas de distensión abdominal crónica o embotamiento son comunes. Algunos de estos pacientes pueden producir un exceso de gas. Sin embargo, algunos pacientes tienen alterado la propulsión del gas por el intestino delgado o un aumento de la sensibilidad a la distensión gaseosa. Muchos de estos pacientes tienen un desorden funcional gastrointestinal subyacente tales como el síndrome de intestino irritable o una dispepsia funcional. La reducción de la grasa en la dieta, la misma que retarda la salida del gas intestinal, puede ser útil.
La rifaximina 400 mg 2 veces al día que es un antibiótico oral no absorbible con alta actividad contra las bacterias entéricas, han demostrado reducir el embotamiento abdominal y la flatulencia en aproximadamente un 40 % de los pacientes tratados en comparación con el 20 % de los pacientes controles. La mejoría de los síntomas puede ser atribuible a la supresión de las bacterias colónicas productoras de gas; sin embargo la recaída ocurre dentro de algunos días luego de parar el antibiótico. Estudios posteriores son necesarios para aclarar el rol de los antibióticos no absorbibles en el manejo de los síntomas.
Además se debe señalar que al momento ha tomado mucha vigencia la flora intestinal compuesta por firmicutes, bacteroidetes y actinobacterias, los mismos que al alterarse en su relación simbiótica pueden ser los responsables no solo de la flatulencia sino también de los múltiples síntomas de la dispepsia funcional, del intestino irritable, la obesidad, etc, etc. Este campo esta en pleno desarrollo.
Atentamente;
Dr. Ramiro Coello Jaramillo
GASTROENTEROLOGO
AXXIS GASTRO – QUITO